El arriesgado arte de los anuncios publicitarios navideños se ha convertido en la comidilla de las redes sociales tanto para alabar a la marca como para criticarla si se da el caso de que no de la talla.
En España tenemos el ejemplo de los últimos años con el esperado anuncio de la lotería nacional. Cada año los internautas pasan por la lupa cada segundo de metraje con el propósito de dar su opinión descarnada sentenciarlo con 3 notas posibles: risible, mediocre y pasable. Pocas veces un anuncio ha llegado a superar el pasable para llegar a ser leyenda, como aquellos anuncios de «vuelve a casa vuelve» (los primeros que se emitieron).
Esto que ocurre en España, se vive amplificado por varias cifras en el mundo anglosajón. Cada año algunas marcas aprovechan el tirón navideño e invierten en anuncios con el objetivo de superar el examen y convertirse en virales. Esto es precisamente lo que ha conseguido este año 2016 la marca John Lewis logrando que su anuncio se reproduzca casi 30 millones y se haya convertido en trending topic mediante el hashtag #BusterTheBoxer.
https://youtu.be/sr6lr_VRsEo
El vídeo trata de la amistad y el retorno a las ilusiones de la niñez en navidad. Todo comienza en el hogar de una familia de clase media en la noche buena. El padre quiere regalar a su pequeña una colchoneta elástica, así que pasa horas montando la estructura en el jardín bajo el invierlo (probablemente londinense). Cuando termina va a pasar la noche en el sofá junto a su mujer. En esta escena hogareña el anuncio nos presenta a su perro, un simpático chucho que parece bien cuidado pero se nos presenta como algo solitario. En un momento dado el perro se sobresalta por la aparición de 2 zorros en el jardín que se suben a la colchoneta y comienzan a saltar en la colchoneta eufóricos. Poco a poco se van sumando más animales salvajes como un erizo, una ardilla o una mofeta. Todos juntos los pasan genial saltando mientras de fondo se escucha One Day I’ll Fly Away y el perro se muere de rabia por no poder pasarlo tan bien como ellos. La noche pasa y el día de navidad hace su aparición con la niña corriendo a abrir sus regalos. Se dirije al jardín para estrenar su colchoneta cuando el perro hace aparición, se le adelanta y empieza a saltar como un loco.
El spot que ha costado 8 millones de euros por los efectos empleados para la digitalización de los animales, puede parecer vacío de contenido y valores (probablemente porque así sea), pero vale la pena por la caracterización del pobre perro casero y la alegría de los animales salvajes esa noche buena.