Seamos francos, internet mueve muchísimo dinero en compras minoristas, pero las tiendas físicas siguen siendo lugares donde la gente se gasta la mayor parte de su dinero. Internet es el lugar perfecto para emprender, y de hecho yo personalmente solo me atrevería a crear negocios por este canal. Sin embargo hay que reconocer que el dinero actualmente está en el mundo real. La diferencia del mercado físico actual con el anterior a la era digital, es que no basta con esparcir un montón de productos por encima de estantes y esperar a que vengan clientes y se los lleven. Ahora hace falta algo más.
Es por esto que he querido escribir sobre un caso que me parece el ejemplo perfecto de un minorista que ha sabido salir completamente del esquema que muchos minoristas se crean y por ello fracasan: competir por clientes y precios con las tiendas de internet. Y ha sabido salir del esquema porque ofrece algo que nunca podrá ofrecer ninguna tienda online tal como ya comentamos ayer en este artículo. De hecho, un grado de diferenciación tan grande pasa la «patata caliente» al mudo digital para preguntarse cómo puede competir con este tipo de prácticas de los minoristas físicos.
El caso de Sonos
Sonos, una marca de altavoces muy valorada por los amantes de la música, del cine y videojuegos, ha sabido comprender lo exigente que se ha vuelto el consumidor moderno, y por eso no solo dispone de un estupenda tienda online, sino que ha abierto hace poco una tienda un tanto peculiar en New York. Las fotos que ha publicado The Verge nos han dejado la impresión de que es este el camino que deberán tomar los comercios minoristas físicos si no quieren sucumbir a la vorágine online.
Una tienda hecha para los sentidos
La tienda de Sonos está configurada para ser una especie de parque de atracciones del sonido. La tienda está dividida en diferentes habitáculos que recrean atmósferas con las que nos sentimos plenamente identificados, y nos enseñan como sería vivir situaciones cotidianas con sus altavoces funcionando. Hay habitáculos que recrean un salón, hay otro que simula una cocina, otro que nos muestra cómo sería ver una película en un salón con sofás que perfectamente podría ser el nuestro.
Además la tienda tiene un pasillo central por el que se puede acceder a todas estás habitaciones, y que está plagado de columnas de altavoces y guiños a la cultura musical del siglo XX y XXI. Al fondo, toda la pared está recubierta por un mosaico de altavoces que reciben al visitante con un mix de música que consigue envolver al visitante al dar los primeros pasos por este pasillo.
Para construir este espacio, Sonos contrató varios artistas, entre ellos Mark Alan Stamaty y Mark Chamberlain. Cada material empleado en su construcción y toda la configuración del espacio está especialmente diseñado para potenciar aún mas esta vivencia
El mensaje que nos lanzan con una tienda como esta es claro: ¿Cambiarías 200€, 300€ o 800€ por poder sentir lo que sientes ahora aquí? Ninguna tienda online podrá jamás darnos algo así. Y por eso el mundo online nunca podrá terminar con el mercado físico. Complementarlo si, derrotarlo no.